- Capítulo 2 - Ángel -

-Actualmente-
-Charlotte-

Tenía prisa, llegaba tarde a una reunión muy importante, cuando me cruce con él, nos chocamos en la escalera; sus ojos verdes me atraparon, notando como un rubor subía a mis mejillas, avergonzada y disculpándome.
-Disculpe, llegaba tarde y no le vi- dije con timidez, sin dejar de mirar sus ojos verdes.
-No se preocupe, yo también iba algo despistado y no al vi como para poder esquivarla- dijo sonriendo- bueno he de irme o al señora que ha requerido de mis servicios se enfadara- dijo sin perder la sonrisa y desapareciendo escaleras arriba.
Salí de mis ensoñaciones, volviendo al mundo real, al cual llegaba tarde a una reunión; llegue a la reunión antes de que empezara, no dejaba de pensar en esos ojos verdes que me habían atrapado.
Estuve toda la reunión prácticamente ausente, quería saber quién era ese chico, volverle a ver; cuando la reunión termino, volví a mi despacho, tenía que redactar el informe que me había mandado el redactor para el lanzamiento del nuevo libro; por fin llego la hora de irme a casa…..caminaba por la calle, totalmente embrujada, a todos los lados que miraba veía sus ojos dibujados, esos ojos verdes, que me habían robado mis suspiros.
Entre en casa, sentándome en el sofá tranquilamente con los ojos cerrados, mientras que a mi mente solo volvían esos ojos verdes, su cara, su sonrisa, su mirada…..aquel desconocido se había instalado en mi mente tan de golpe que me asustaba notablemente; un sueño, aquel que dos años atrás había deseado buscar, hoy tan de golpe, tan de repente, aparecía delante de mí.

Las siguientes semanas pasaban lentas, normales e incluso aburridas, no sabía muy bien como poder volver a verle; mis esperanzas eran cada vez menos e incluso pensé que podía haber sido una alucinación. Estaba sentada en mi despacho cuando el director me dijo que teníamos un nuevo autor, que debía leerme el borrador para preparar la compaña del libro, dado que nuestra diseñadora estaba de vacaciones; así lo hice comencé a leer el libro fascinada, me sentía tan identificada con aquella historia que hasta creí estar leyendo mi historia, comencé de inmediato con la campaña, miles de ideas volaban por mi mente, plasmándolas en folios con fotografías; tecleaba en el ordenador montando videos y miles de carteles de promoción. A los dos días todo estaba preparado y a la semana que viene seria la presentación del gran libro “La corrupta sociedad”, un titulo perfecto para lo de que trataba el libro.

-Actualmente-
-Marc-

¿Quién era aquella bella dama con la que me había cruzado? Sus ojos verdes profundos me habían atrapado y por aquella extraña sensación deseaba volver a verla; sabia donde vivía, pero todo lo demás lo desconocía, mi trabajo estaba siendo realizado torpemente por no poder dejar de pensar en ella, aunque la señora no se lo tomo a mal, sonreí amable y cariñosamente, mirándome tiernamente. Al final pude terminar mi trabajo con éxito; quien me viera de fontanero se alarmaría, claro si fuera de aquella asquerosa sociedad de la que escape. Ahora era feliz, no tenia que aparentar ser quien no era y aunque no me dedicaba a escribir como deseaba tampoco vivía mal de fontanero; con el sueldo podía permitirme vivir no con los lujos de antes, pero que tampoco deseaba. Cuando llegue a casa, me di una ducha tranquilo, pensando en ella, en mi querida y amada damisela.
Cerraba los ojos y solo la veía a ella, su inmensa belleza, esos ojos que me enamoraron, solo ella, deseaba tanto verla, que ese pequeño espacio me ahogaba el pecho

- Capítulo 1 - Escapada -

-Dos años atrás-

Charlotte

Me levante de mi cama como cada mañana; la doncella ya no me había preparado la ropa de hoy, como cada día; aunque hoy era un día importante según decían mis padres, hoy era el día que me prometerían con un gran hombre, rico y poderoso, eso para ellos era ser un gran hombre, no el que yo soñaba; el cual me amara con tanta intensidad que pareciera un sueño; pero eso solo quedaba en mi imaginación, tenía que escaparme, huir, salir de allí, no quería casarme, no con el hombre que me mandaran mis padres.
Tenía que pensar bien el plan, aquel que me dejara libre de una maldita vez, que me dejara escapar de todo aquello, las palabras de mi abuelo se vinieron a mi mente, “Lucha por lo que desees y ames sin importarte lo que te impongan, solo busca tu felicidad” palabras que me estaban animando cada vez más a irme; cogí una pequeña maleta, cargándola de algunas cosas y sobretodo del dinero que desde pequeña había ido ahorrando, dado que mi cuenta la congelarían nada mas irme de casa, mis padres me odiarían incluso puede que también lo hiciese mi hermano Peter, pero no me importaba, no iba a dejar que nadie trucara mi felicidad; cerré la maleta y oí como alguien llamaba a la puerta, escondí la maleta debajo de la cama y abrí la puerta sonriendo.
-Hola madre-dije sonriendo-¿Desea algo?

-No, solo venia a ver lo preciosa que te ves con ese vestido, esta noche serás la envidia de la fiesta- dijo abrazándome-¿puedo ayudarte en algo?

-No, madre todo está perfecto, solo queda darme algo de polvos en la cara y un pequeño toque a los labios, para estar lista-dije sin dejar de sonreír; ella salió de mi cuarto sonriendo y yo vi mi gran oportunidad al fin, sabía que debía de darme prisa para que nadie me echara de menos y no pudieran alcanzarme a tiempo.

Cogí la maleta y salí fugaz de mi habitación y de aquella casa en la que ya nada me ataba, excepto mi querido hermano Peter, sentía abandonarle, pero quería ser feliz y solo así lo conseguiría; cuando creí estar lo suficientemente lejos, me quite el vestido, debajo llevaba otro vestido menos adornado y sencillo, así podría al menos estar segura que no llamaría tanto la atención; al llegar a la estación, compre el billete y me monte en el tren camino a Madrid, donde esperaba que nadie me encontrara y así poder comenzar mi nueva vida.

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-Dos años atrás-

Marc


Toda la gente en mi casa corrían, preparando la gran velada de esta noche en la que yo no estaba dispuesto a participar; aun no tenía un plan para escapar pero aun me quedaban algunas horas, pocas pero suficientes. Abrí mi pequeño arcón cogiendo el dinero que guardaba en él; lo suficiente para vivir hasta encontrar trabajo de lo que fuera necesario; mis padres me habían obligado a estudiar muchas cosas y muchos oficios que según ellos nunca me haría falta desempeñas, ahora lo agradecía ye que al irme de aquí, todo lo referido a mi familia desaparecería.

El día se había pasado con lentitud, no veía la hora de irme de allí para dejar toda esta sociedad atrás; al final llego la hora, guarde la bolsa con la ropa y el dinero en un rincón, sabiendo que nada mas escaparme de la fiesta podría ser feliz. La velada comenzó, todos estaban expectantes, mis padres nerviosos, faltaba la familia de mi futura prometida, la gente hablaba y cuchicheaba sobre eso, llegar tarde a la pedida, todos estaban tan entretenidos que vi mi oportunidad; salí de allí, cogiendo mi bolsa, dejando atrás toda esa pesadilla.

Llegue a la estación, cogí un tren hacia Madrid, siento tan grande allí sería imposible que me encontraran; llegue por la tarde, ya no me daba tiempo a ver ningún apartamento por lo que tuve que hospedarme en un hotel; no quería lujos solo poder descansar.

A la mañana siguiente me levante temprano, pague la habitación del hotel y me dispuse a buscar piso; encontré uno pronto y además muy acogedor, la señora que me lo alquilaba vivía enfrente y era simpática y muy agradable; además la conté que empezaría a buscar trabajo en ese día y ella llamo a su hijo para que me metiera con él de fontanero.

Estuve hablando con él, era un señor muy agradable y comprensivo, le conté que había estudiado cosas de fontanería pero que nunca las había ejercido y él se ofreció ayudarme en todo lo que pudiese, haciéndome sonreír como hacía mucho que no lo hacía, de felicidad.

-Prefacio-

Me llamo Marc Britt, hijo de una de las familias más ricas y poderosas del mundo; vivo en esta sociedad, encerrado, no deseo el poder como lo hace mi padre, me gustaría ser un prestigioso escritor; escribo a escondidas de mis padres, encerrándome en esos mundos mágicos que anhelo en mi vida real. Voy obligado a todas esas fiestas de sociedad; se que a mi hermana, Emma, tampoco la gustan, pero ella las aguanta mejor que yo, al menos sonríe con ellas. La última fiesta hizo posible todo; en ella anunciaron mi enlace con la hija de otra de las grandes familias; yo me negué y escape de ella, comenzando una nueva vida, en donde la conocí, en donde ella ha robado mi corazón y ha conseguido que mi vida gire en torno a ella.

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Me llamo Charlotte Other y deseo escapar de esta sociedad que me tiene atrapada, que me asfixia casi matándome lentamente, cada día mas; a mi hermano Peter no le importa ir a todas esas fiestas de sociedad, las disfruta y dice conocer bellas damas, que algún día podrán ser su esposa; yo no deseo buscar marido, no a mis 18 años de edad, solo quiero ser libre, feliz y si algún día deseo casarme hacerlo con alguien con quien yo ame y elija, no con quien me imponga. Sabía que esta noche iba a ocurrir, me iban a prometer y prepare un plan meticuloso, en el cual hui, de mi casa, de todos esos lujos. Deseo conseguir que con esta nueva vida que comienzo ahora, crear mi historia, la que yo desee y no la que me impongan.

-Capitulo 24(FINAL)-Momentos mágicos-

Emma y yo estábamos muy atareadas con el bautizo de Kaitlin, los chicos cuidaban a la niña mientras nosotras estábamos fuera, poco a poco íbamos mirando las cosas y en varios días teníamos todo listo.

El día del bautizo, me encontraba bastante nerviosa, Marc intentaba calmarme, sonriéndome y diciéndome que todo iba a salir perfecto; mis abuelos estaban muy contentos por la idea de estar en el bautizo de su bisnieta. Termine de arreglarme, vestí a la niña, Marc nos estaba esperando en el salón, cuando baje y ya estuvimos listos, salimos hacia la iglesia sonrientes; al llegar allí, la gente ya nos estaba esperando, el bautizo se paso rápido y después estuvimos la gente más intima en nuestra casa, Emma, Peter y mis abuelos, todo eran sonrisas y felicidad, por fin.


2 Años después

En estos dos años habían pasado bastantes cosas, Emma había tenido a un niño precioso, Nate, del cual yo fui su madrina con mucha ilusión, además de que Marc me había pedido matrimonio y éramos una gran familia feliz. Lo único era, que los niños muchas veces se peleaban, no se llevaban todo lo bien que habíamos deseado; les había dicho miles de veces que eran como hermanos, que debían de tratarse bien y protegerse, sabíamos que nos entendían pero también comprendíamos que siendo tan pequeños era complicado que las cosas funcionaran, teníamos la esperanza de que según pasaran los años todo se solucionara y pudieran llevarse bien, como Emma, Peter, Marc y yo deseábamos, por nuestra amistad y nuestra gran familia.

Me ponía a recordar cómo era nuestras vidas dos años atrás o incluso más, todas las peleas que habíamos tenido, el enfrentamiento entre Emma y yo por nuestra diferentes razas y sonreía, sabiendo que habíamos podido con todas las adversidades que nos habían venido, acabando teniendo por fin momentos mágicos y de felicidad, sabíamos que teníamos que seguir luchando para mantenerla, pero cada vez éramos mas fuertes y seguros de nosotros mismo y además ahora tenía a mi pequeña Kaitlin por la que lucharía con uñas si hiciera falta.

Nos encontrábamos en nuestro salón, los niños parecían jugar juntos, aunque de vez en cuando se les veía las malas caras hacia el otro; mientras que nosotros hablábamos de todo lo que podríamos hacer juntos, de lo unidos que nos encontrábamos al fin, de que ya ninguna lucha nos separaría sino al contrario nos haría muchísimo más fuertes; pero no sabíamos hasta que punto nos equivocábamos en ese aspecto.
¿De verdad seriamos capaces de dar la espalda y alejarnos de aquellos que creíamos familia por hacer lo común para salvar tu verdadera familia?

-Capitulo 23- Unidos de nuevo-

La escena que estaba viviendo era totalmente de un sueño, tenía en brazos a mi hija, mi pequeña Kaitlin y junto a nosotras al hombre que amaba; si se trataba de un sueño no quería despertar.

La niña apenas lloraba, lo malo era a la hora de alimentarla; Marc tuvo que ir a la carnicería haciendo que compraba carne y además compro grandes cantidades de sangre, para dar a nuestra pequeña los biberones. Hoy volvían Peter y Emma de la luna de miel, estaba emocionada por la idea, quería verles y que me contaran todo aquello y además presentarle a Kaitlin y empezar a preparar su bautizo.

Acabábamos de dar el biberón a la niña y la acostamos, cuando sonó el timbre, baje corriendo emocionada, sabía que eran ellos, al abrir la puerta y verles, mi sonrisa se ensancho y les abrace emocionada y ellos me abrazaron sonriendo.

-Ya ha nacido el bebe, ya no estás embarazada- dijo Emma sonriendo- queremos conocerla ya, y más si voy a ser su madrina- dijo aun más feliz.

-Entrad, no os quedéis ahí parados, por favor- dije dejándoles pasar, justo Marc bajaba por las escaleras y abrazo a sus amigos sonriendo-Marc sírveles lo que quieran que voy a por la niña para que la conozcan.

-Oh, es una niña, seguro que es preciosa- dijo Emma emocionada, y subí las escaleras, cogiendo a Kaitlin de su cuna con cuidado, baje al salón y al entrar, Emma salto del sofá dirigiéndose feliz a nosotras.

-Emma, te presento a tu ahijada Kaitlin-dije mirando a la niña-Kaitlin, ella es tu tía-madrina Emma-sonreí feliz.

-Dios mío, chicos es preciosa, tenéis muchísimo suerte, esperemos que Peter y yo tengamos la misma suerte-dijo sonriendo-

-¿Qué?-dije mirándola con sorpresa.

-Estoy embarazada, nos enteramos cuando estábamos en la luna de miel, me empecé a marear, apenas comía por las arcadas, así que me hice la prueba y dio positiva- dijo sonriéndonos.

-Felicidades chicos, de verdad, es una increíble noticia- dije sonriendo- es increíble que esto nos esté pasando, somos muy afortunados- dije sin dejar de sonreír- Emma me gustaría empezar a preparar el bautizo de la niña, crece muy rápido.

-Claro Charlotte, ahora mismo nos ponemos con ello- dijo muy animada-¿queréis que sea sencillo verdad?

-Si, por favor- dijimos Marc y yo a la vez sonriéndonos y se acerco a mí besándonos, subí a dejar a la niña de nuevo en su cuna, para comenzar a preparar el bautizo junto a Emma, mi gran amiga Emma.